La precipitada salida derechista del Estado Local, o el fin de la primera temporada de la tragedia, no será sino con grandes daños para el estado de las cuentas públicas.
Felices Srodek y Grindetti, han dejado su estela en la matriz de posibilidades futuras de mejorar la infraestructura y los servicios urbanos, y los sistemas de inclusión social.
Y la superposición de grandes escándalos, en distintos frentes, le dan un carácter integral a la política de desarticulación del Estado y lo público, que con particular saña despliega la trouppe comandada por el Garca Barrioparquense, a pasitos de una indagatoria judicial en la que tendrá que explicar que no es el jefe de una asociación ilícita armada para escuchar los teléfonos de parientes, dirigentes sociales y opositores.
Grave situación la que montó el malogrado líder de la derecha local, que como vimos, lejos de conformarse con la debacle de su pensamiento reaccionario, intenta poner en grado absurdo sus opiniones sobre la regulación social del espacio público, el rincón preferido de los desmadres discursivos de la derecha.
Recordemos que este Jefe de Gobierno, que opina que la "profundización" de la regulación equivale al homicidio, también evaluó, en reunión con vecinos, la posibilidad de encarcelar los perros cuyos desperdicios no son limpiados por sus dueños, una vez que ellos los depositaron en la vereda.
Para que veamos la gran irracionalidad e irrealismo de esta propuesta política.
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