Todos contra el Colo(mbiano) o Todos contra Cleto pasaría a llamarse este blog, porque lo del Lírico de Barrio Parque no admite ningún tipo de seguimiento serio.
Su debacle es tan marcada. La caducidad y retroceso de su concepto y razón de ser en la política argentina tan dramáticamente acentuados por estos días de festejos patrios.
Sólo le queda al Garca enfrentar el proceso judicial en el que está comprometido, mientras el sistema político va paulatinamente quitándole legitimidad, ex post, digamos, luego de la extraordinaria maniobra de exclusión que le propinara la Presidenta, que a su vez lo arrojara al averno de la invisibilidad popular.
El Tilingo de Barrio Parque, como es su costumbre, quiso recortar los espacios públicos e institucionales por estrato social, en la gala de reapertura del Teatro Colón.
La respuesta de la sociedad fue contundente. Y el ejercicio de la conducción por parte de la Presidenta fue monumental.
Superado el dispositivo mediático de la desintegración y el desánimo nacional, ya no hay lugar en la realidad para este Barrioparquense segregador, en cabeza de un proyecto político que demostró no entender el estado del conflicto de realización de la nacionalidad argentina, que explotó durante los días de festejo, con el retorno de las masas populares como actores en la determinación de la historia.
La derecha, sorprendida por la magnitud de los hechos y por la contundencia cualitativa de los mensajes, se encuentra en su defensiva más estratégica, avivada de su pobre naturaleza marketinera, por su "tranco de pollo" simbólico, ahoraaaaaa...tiene que ir a juicio oral.
No se trata de asociar la masividad de los festejos con la adscipción mayoritaria al proyecto popular iniciado el 25 de Mayo de 2003, sino de valorar que es ése proceso el que hace posible la expresión social y pública de todos los conflictos que deben desembocar en la realización de la patria.
Algo en lo que el Procesado de Barrio Parque no tiene ni para empezar a conversar.
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