miércoles, 10 de marzo de 2010

Elenco y guión para el desastre


El Nuevo Oligarca de Barrio Parque repite previsiblemente el rosario de los sectores dominantes en la Argentina, pero le agrega una cuota de banalidad inefable, que lo ubica entre los personajes más absurdos de la saga de los "imbricados" en los negocios rurales y rentistas, e industriales financistas, corriente que nació en acuerdos comerciales con las multinacionales, por la misma época que a su vez se formaba la burguesía nacional, micro, pequeño y mediana, que fue no casualmente persguida por las hordas militares de la última dicatura, que compartían ganaderos, financistas y patriacontratistas, fracción a la que pertenece el Garca Barrioparquense.
El problema del ajuste fiscal, que en esta oportunidad convoca a la derecha nacional, no es un tópico nuevo del discurso derechista, pero está embravecido hoy, por cruzadas tremendas contra los derechos de los trabajadores en toda Europa.
Se discute el reparto del peso de la crisis, y el capital metamorfoseado productivo, comercial y financiero, propone una serie de medidas que atentan contra la reproducción de la clase trabajadora europea y mundial, en un proceso que puede extenderse y ser protagonizado por el Licántropo Barrioparquense, que está a los codazos para sumarse al elenco, con las imbéciles líneas de guión que le marca su script.
Claro, todos diremos que la clase trabajadora argentina ya sufrió las consecuencias devastadoras de las estrategias del capital global, y la fruición de los rentistas locales, que hoy están incómodos por tener que moverse en los carriles molestos de la democracia, que intentan por todos los medios (jeje...) limitar.
El principal mecanismo de redistribución secundaria kirchnerista es el sistema previsional, la política en materia de incorporación de nuevos jubilados, asignación universal a los niños, sólo posible con la renacionalización del sistema. Allí puede estar el punto de desembarco de las fuerzas de la reacción, que eventualmente quieran emular a sus pares europeas, y hacer retroceder estos derechos en proceso de consagración.
Recordemos: en tiempos de desarticulación del aparato productivo la no plenitud de la inclusión formal de los trabajadores pone serios límites al desarrollo, estos mecanismos secundarios son un digno paliativo.
La discución en la que se inmiscuye el Garca es esa. Imaginen la gravedad, extrapolen la actitud del Barrioparquense de la Ciudad a la Argentina, piensen las barbaridades que puede cometer una bestia como esta en representación y gerencia de los intereses dominantes en la Argentina. Un desastre total.

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