Irse sin pagar

La estrategia fiscal del Novio de la Esclavista de Barrio Parque deviene en una grave hipoteca para las cuentas futuras de la Ciudad. Mientras el Garca emplaza torres en Urquiza, Palermo, Barracas y Caballito e impulsa un festival de endeudamiento con bonistas y proveedores, el Buenos Aires 2020 queda como un sueño que a la mitad se hace pesadilla, y originado en una cena con lechón nos persigue hasta el amanecer.
En el último trimestre del año pasado el Ejecutivo local neteo sus acreencias dando lugar a un incremento interanual del 32% sobre el stock de deuda, y del 29% de la deuda en manos de proveedores, esta última por $2400 millones, contra $1712 millones a septiembre de 2009.
Este brutal incremento del endeudamiento contrasta con el estancamiento del nivel de ejecución de obras en términos nominales, clavado en $1900 millones anuales, con su consiguiente pérdida real por inflación de costos (25%).
Los patos de la boda dentro del plan de obras son la infraestructura social y las obras de largo plazo. Las favorecidas, las de cosmética asfalteril.
Por el lado de los servicios, el ingente crecimiento de la basura en la Ciudad, y el costo del servicio, con contrato vencido, y corrrrrrrrrrriendo el reloj del taxímetro sin perspectivas de ley para una nueva licitación.
El esquemita está claro, nó? 30% de crecimiento del endeudamiento y O% del de inversión. El Estado como rehen de los prestadores, deterioro de la infraestructura urbana, aplazo de obras de infraestructura social.
Entonces, los diez años posteriores a la salida del Garca de la administración a multiplicar por cinco o seis la inversión en infraestructura social y de ingeniería, y a bajar el endeudamiento oneroso hasta que no crezca más que el presupuesto y que la economía de la Ciudad.
Bárbaro! Peroooooooooooo...quién garpa?
-Son $6000 millones, Señor.
-Pagamos a la romana, Mauri?
Pero el Garca ya se fue...