En Salud la derecha está agravando el problema, y posiblemente será el más difícil de resolver cuando la patota abandone el Estado para nunca más volver en el año 2015.
Independientemente del concepto privatista que rige la gestión del Area, sus gargamélicos planes de desmanicomialización de los pobres, y el uso de la tierra de los hospitales de salud mental para el negocio inmobiliario, la desinversión a la que están sometiendo el sistema es algo aberrante. Y es a propósito.
Seguro que el razonamiento es que, como según versan distintos estudios de la encuestología nacional, al porteño votador le importa un carajo la salud pública y piensa que a los hospitales los usan los negros y los pobres del conurbano. Entonces si meten menos recursos, enfrentan una innecesaria sobredemanda, brindando menos servicio. Son capaces estos privatizadores insensibles y mercachifles.
Datos de 2008:
1. Obras de Infraestructura: sobre una meta de $223.872.000, contrató por $156.874.000, y gastó $125.261.000 (el 56%).
2. Maquinaria y Equipamiento: tenía $19.200.000, contrató por $10.211.000, y gastó $5.153.220 (el 27%).
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