Mientras sigue su carrera de relleno loca contra el Río de la Plata, y le da pinceladas simbólicas a su horizonte de desarrollo urbano con las playas arenadas, el macrismo desconoce los proyectos que resuelven las necesidades reales de la mayorías, que sin perjuicio de ello se agolpan para votarlo otra vez.
Sin contar la tunelización aliviadora del Maldonado, una obra que no puede sino realizarse con este nivel de calentamiento global, sudestadas y huracanes, la principal intervención que contempla la derecha desarrolladora urbana es el avance hacia el este: nuevos terrenos y urbanizaciones en el litoral.
El Estado Nacional ya publicó el contrato de obra para el soterramiento del Sarmiento desde Caballito hasta Liniers, y la administración de la derecha ignora palmariamente sus responsabilidades normativas e institucionales para el desenvolvimiento de la obra.
Peor, borró de su presupuesto cualquier intervención en el tramo en el que le debe poner un techo a la trinchera por la que circula el tren: Once - Caballito.
No hace falta mencionar que el impacto social, integral, de la realización del corredor verde del oeste es muchísimo mayor que cualquier trasnochamiento ribereño. La diferencia es inconmensurable.
Pero así es: ciudadanos libres lo votaron.
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