sábado, 18 de abril de 2009

Anda mejor la hija de Rucci que la Peligrosa Michetti


Con la aparición pública de la hija de Rucci, Claudia, la derecha populista metropolitana suma un elemento que a su vez le va a "sumar" votos por sí a esa lista de las tinieblas que armaron en Provincia de Buenos Aires.
La hija de Traviata, la vimos ayer en un extenso reportaje, tiene un perfil agresivo para la campaña, por sus antecedentes genealógicos, por su parlamento de actriz, y "medio que es un cuadro" digamos; está apadrinada por el alter ego actual de su padre, el traidor a los trabajadores rurales, Momo Venegas. La verdad que no la teníamos. Muy bien el Colo(mbiano) y muy bien Merluza Solá. Demuestran que saben más que el Tilingo de Barrio Parque.
La rubia no se privó de "yo vengo a arreglar los problemas de la gente" muletilla que fue acusada por los periodistas de obviedad, pero la hija de Traviata despues se despachó con proyectos de ley para igualar derechos laborales entre hombres y mujeres, incorporación de discapacitados a las empresas y habló como si fuera un cuadro político.
En cambio la Peligrosa Michetti, que tiene todo para ser una estrella, como dice Patricio Rey "quiso ir a New York, quiso ir a las series, quiso deslizar paté", se la pasa llorando por tener que jugar o no jugar.
Vean:
"Al referirse al dilema que enfrenta, Michetti afirmó que, por un lado, "si decidimos que yo sea candidata, estoy lastimando el hecho de que lo mejor hubiera sido cumplir los cuatro años de mandato" y, según su visión, eso "rompe una de las reglas que creo que hay que respetar". Por otro lado, añadió, "si decidimos que no tengo que ser candidata, corremos el riesgo de que, a pesar de tener casi un 60 por ciento de apoyo en la gestión, no nos acompañen como esperamos, porque la gente sigue votando personas", además de que "corremos el riesgo de perder fortaleza en la gestión", en relación a su papel en la Legislatura."
Nota completa aquí.
Esta discución sobre "asumir o no asumir" es estéril, está dirigida por el Grupo Clarín y las paparruchadas que escribe La Nación.
El hecho electoral ceñido a la formalidad de los cargos le da volumen a la versión más formal (reaccionaria) de la democracia; la democracia debe ser magmática, para interpretar los cambios de la sociedad y de la economía.
Por eso basta de boludear con la "ética de lo formal" del sistema: derechistas, pongan sus mejores cuadros, nosotros los nuestros y que los argentinos digan si quieren bajar las retenciones, que se reduzca la intensidad de la intervención del Estado y se destruyan un millón y medio de puestos de trabajo.
Si eso quieren...

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