viernes, 3 de abril de 2009

Pesquisas


Habiendo fracasado el secuestro de perros cuyos desperdicios no son recolectados por sus dueños, por "su difícil implementación" tal como adelantara el propio Macri ante la requisitoria vecinal, los inspectores de la Ciudad van por la basura de los humanos.
"El vecino de una vieja casa de La Rioja al 1000 hace un par de días encontró una faja roja cruzada en su puerta que, en letras mayúsculas, decía "Infractor". Y detallaba que en ese lugar se había detectado "la disposición de residuos fuera de hora". ¿Quién vio ese íntimo momento en que alguien dejó una bolsa con basura detrás de un árbol? Nadie, pero un sobre arrugado entre los residuos delató al infractor: estaba dirigido a su nombre y con su dirección. Es que la nueva modalidad de los inspectores del Gobierno porteño para multar a los que sacan basura fuera de horario es revisar sus desechos para encontrar alguna prueba incriminadora."
Nota completa aquí.
"Clarín acompañó a un inspector en una recorrida por el barrio de San Cristóbal. Eran las 16 y los vecinos miraban con curiosidad a ese hombre que, trajeado y con guantes, revolvía las bolsas de basura. "Esta no sirve, porque sólo contiene restos de comida y una manzana mordida no alcanza para saber quién dejó la bolsa", comentó el inspector frente a una casa de Virrey Ceballos al 700, donde sólo dejó la faja de advertencia en la puerta. Pero el vecino de La Rioja al 1000 no se salvó. Un sobre arrugado fue su perdición".
Qué te pasa Clarín, que estás revolviendo la basura de los argentinos...

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