viernes, 16 de enero de 2009

Victor Hugo está furioso.


Cuando un zaguero, o un número cuatro, ven una pelota boyando metros delante de su posición, deben arriesgarse a dejar su marca, ir a buscarla y despejar. En el caso, que en el camino, un jugador contrario se anticipe y asista al delantero que nuestro héroe debía marcar, creándose una situación de peligro en contra de su valla, siempre el defensor cuenta con la corrección táctica que supone anticipar, y el coraje de ir a buscar una pelota lejos de su posición.
Claro que hay riesgos, y riesgos. No es lo mismo que sea Perfumo, el zaguero, que uno cualunque. Debe ser rápido y debe ser tiempista. Debe poder hacer el cálculo mental, ponderado, de las distancias, velocidades y tiempos que él y sus contrincantes demorarán en llegar al balón. Todo eso en una fracción de segundo. Por eso el fútbol es el más maravilloso juego de competición. Es insuperable.
El Garca no entiende el detalle del juego. No llega a ningún cruce. Un mano a mano con el Garca como defensor es pan comido.
Sinó veamos: no le dejan capitalizar nada. Le arman un acuerdo electoral con Carrió, para 2009, y no puede decir una palabra. Le preguntan sobre el año electoral, para que luzca, y responde:
-Estamos muy contentos trabajando en la Ciudad. Nos hace muy felices… (copyright del gran Román de Don Torcuato).
No le sale ninguna idea. El coaching de imagen y comunicación cobró relevancia luego de los conocidos bloopers publicitarios del Tilingo, cuando en actividades de difusión de una empresa A, se descolgó con menciones a la campaña de una empresa B, feroz competidora de la primera. Ahí fue que se juntaron los derechistas más vivos y dijeron:
-Si no controlamos a este pelotudo puede decir cualquier cosa.
El dispositivo se ajustó para filtrar las barbaridades que suele opinar el Tilingo, para perfilar una línea e insistir con ella.
Sobrevinieron las conocidas “cambio de tendencia”, “boicoteadores”, “trabajo en verano”, “locura infractora” y no mucho más. Con esto no se puede encarar un año electoral. Es claro que la campaña la tiene que hacer la Peligrosa Michetti pero no creamos que lleva muchas más luces que el Garca.
Ahora con el quilombo del Colón se termina de comprar la enemistad de un cuarteto temible: Magdalena Ruiz Guiñazú, Victor Hugo Morales, Joaquín Morales Solá y Nelson Castro. Uyyyy…..Que sensibles que se deben haber puesto con el fracaso del Master Plan. Cuando volverán a escuchar ópera en vivo?
No es joda. La sensibilidad porteña de este reaccionario, pero culto, grupo de periodistas puede ser central para rever el tratamiento benigno de la administración conservadora, en algunas mañanas de radio muy escuchadas. Guarda.
El Tilingo ve la pelota boyando y se pasa el resto del partido pensando si va a salir a cortar o se va a quedar parado. Cero capacidad de anticipación. Cero compromiso con la marca.
El mundo estático, de maqueta, de infractores, el mundo mirado desde detrás de vidrio polarizado del Rover, es el único mundo compatible con la lineal y esquemática programática derechista, que pretende que el mundo se ajuste a su ritmo, y no admite complejidades.
Obras, escenográfos, ópera, bailarinas, artesanos, acústica: mucho quilombo para la derecha chabacana. “Déjennos con el levantamiento de torres”. Hospitales, escuelas: un quilombo.
Esta mediocridad va a gobernar siete años más la Ciudad. No. Estos pueden ganar elecciones, pero hacer un plan de gobierno es otra cosa derechistas. Y pongan alguno en la defensa que pueda salir a cortar.

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