Antikeynesianismo militante

Grandes discuciones se desarrollan por estos días acerca del mentado keynesianismo, en el que todo mundo piensa a la hora de resolver los problemas de demanda en la economía por medio de la intervención del Estado, para generar el proverbial "círculo virtuoso".
Se critica el "plan bicicletas" de la Presidenta, se anotan los megaplanes de obra pública del Gobierno Nacional, se grava a unos para desgravar a otros y apalancar el consumo de las masas: un sinnumero de acciones que van a tientas intentando dar señales positivas acerca de un futuro que se avisora negro, negro.
Los rescates de los países centrales a las entidades financieras, nacionalizaciones de bancos pagadas con asientos contables en las hojas de balance de los bancos, algo de emisión de verdes, el obamismo experimental nada novedoso, presupuesto con déficit, la disyuntiva bonos - puentes, un quilombo bárbaro que poco dice sobre el vero pensamiento keynesiano, el ideólogo del Estado Capitalista modelo Siglo XX, creado para salvar al capitalismo de si mismo.
Pero este post no trata sobre la obra Lord Keynes, sino sobre las obras que no va a hacer el Tilingo de Barrio Parque "porque el Gobierno Nacional no lo deja endeudar a la Ciudad", tal como expuso en su breve discurso dominical, y lloró todo el año pasado.
En esta oportunidad, se moviliza la UOCRA (SI, LA UOCRAAAAA!!!) atento las previsiones de parate en las obras de Subterráneos, escuelas, hospitales y otras, para las cuales no existe prioridad en el Ministerio de la Renta Inmobiliaria que conduce el grossista Daniel Chaín.
Dicen que peligran 700 puestos de trabajo sólo en la detenida ampliación de la red de Subterráneos.
Nota completa aquí.
Recordamos: TCM ya expuso hasta el cansancio que los $1500 millones que demanda el Tilingo de crédito internacional sólo se justifican en su ambición de echar empleados longevos de la Ciudad ($820.000.000) y pagar capital de deuda vieja ($700.000.000).
Antikeynesianismo (post viejo anticipatorio haciendo click aquí), del que aprende con Berlusca y Boris Johnson en sus viajes de placer y negocios por el Viejo Mundo Conservador.