miércoles, 4 de marzo de 2009

Seguridad, seguridad, seguridad...oid el ruido de rotas cadenas


Una de las principales diferencias entre un reaccionario y otros especímenes de la fauna político institucional es que los primeros se contradicen de un párrafo a otro, y esa prepotencia discursiva, independientemente de que el cronista no repregunte, se hace callo en su discurso.
En este caso el Rabino Bergman, otro susanagimenista que quiere mandar en cana a los pibes marginales, gritando, como advirtiera Patricio Rey, "partíles el buñuelo y quitá mi pena así".
En el diario de Bartolo dice:
-¿Actuaría en política?
-Trabajo en política cívica, que no es política partidaria. Como rabino, pienso en términos educativos. Transmito la idea de que el país está quebrado por evasión cívica, porque si un país rico, como la Argentina, está lleno, como lo está, de pobres, es una sociedad miserable. La manera de restituir la equidad es la ley, no la demagogia, el clientelismo o la esclavitud electoral. En el país hay más buenos que malos. El problema es que las asociaciones ilícitas son más eficientes y están mejor organizadas.
-¿No cree que, además, está instalada la idea de que los que tienen rectitud y sentido ético cuando llegan al poder no saben gobernar?
-Es probable. Está claro que restablecer la República nos llevará años. En principio, habría que formar un Frente para la República, muy diferente del Frente para la Victoria, en el que lo que importa es ganar a cualquier costo. No podemos pedir que se vayan los Kirchner, porque los Kirchner tienen que terminar su gobierno. Hay una Argentina eclipsada que puede y debe ser una república después de los Kirchner. Cuánto tiempo después, no lo sabemos, pero hay que construir a partir de ahora, y siempre dentro del marco de la ley.
-¿Cómo definiría al Gobierno?
-Con la reelección de Néstor Kirchner a través de su esposa, tenemos una autocracia hegemónica y ejecutiva en la que uno solo lo maneja todo con la caja, y no es precisamente el que votamos. Teníamos un Poder Legislativo que era una escribanía deliberativa, pero a partir de lo ocurrido con la resolución 125, aprendimos que no hay que dejarse correr, porque reclamar que se cumplan los valores republicanos en una democracia no es destituyente, sino todo lo contrario: es "instituyente".
Haciendo click acá pueden leer sus apreciaciones sobre el problema de la seguridad y el conflicto en Gaza. Si además van al templo de la calle Libertad, lo pueden putear personalmente.

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