domingo, 15 de marzo de 2009

Momias en economía


Señalábamos hace un par de días la palmaria regresividad del "plan económico" que presentaron las patronales agropecuarias, con el dirigente de izquierda Eduardo Buzzi a la cabeza.
Notábamos - independientemente de su imposibilidad fáctica, su carácter declaradamente antipopular y su sesgo neoliberal - su honestidad y franqueza, en términos de reconocimiento de la vocación de este sector empresario de volver a destruir 500.000 puestos de trabajo en el sector industrial, que con el modelo de matriz productiva más o menos diversificada del kirchnerismo supimos conseguir.
Bueno, para agregar materia gris a este sencillo planteo agropecuario de desarticulación productiva, endeudamiento público y expansión de la renta de la tierra, el PRESIDENTEDELPROPROVINCIADEBUENOSAIRES, y Ministro de Hacienda del macrismo, actuario(?) Hector Grindetti refuerza esta propuesta programática en sus declaraciones a un periódico porteño.

¿Cuál es la solución, según el ministro, para evitar el derrumbe económico? Ante la pregunta, Grindetti bebe un sorbo de la gaseosa light que hay en su vaso y se prepara tranquilamente para la exposición. Después de todo, político o ministro, la economía sigue siendo su zona de juego.
- Apostar al campo - una fórmula que se ha oído miles de veces en boca del propio Macri, es la explicación. "El mundo es hoy más pobre", asegura Grindetti, "y como consecuencia de esa pobreza disminuye la demanda de productos de lujo y aumenta la demanda de los primarios, como los alimentos", añade. Acoplado a este tema llega un torrente de críticas para Kirchner, por su política hacia el sector agropecuario. "El Gobierno actual tiene cero estrategia, se guía por una ideología, verdadera o aparente, que se quedó en el tiempo. Las medidas son manotazos de ahogado", fustiga el Néstor macrista, acusando al Néstor K de no saber percibir el cambio de los tiempos. "Es como ir en bicicleta y no doblar cuando se viene el precipicio, el que sabe andar dobla o frena, pero no sigue, eso último lo hace el que no sabe andar", redondea, recurriendo una vez más a la crítica con analogías en dos ruedas.
La estrategia de un gobierno macrista, con Grindetti en la cartera económica, apuntaría a "bajar el gasto para luego bajar lo más posible las retenciones". Una vez reactivado el mercado agropecuario, este sería el encargado de crear el fondo anticíclico necesario para soportar el período de crisis. Uno de los obstáculos para esto radicaría en el propio Conurbano, ya que, según el funcionario, después de años de estar "mal acostumbrado" y "engañado", debe darse cuenta de que "se acabó lo que se daba". Después de las elecciones "estamos en el horno", grafica sobre el futuro del país. El 2010 llegará con graves dificultades fiscales y mucha presión sobre el dólar, augura.


Independientemente de la dudosa originalidad del planteo de bajar el gasto público para bajar retenciones a las exportaciones de granos, el exceso del procesado por estafa al Estado en la obra de la represa Uruguaí (facturó un sobreprecio del casi el 400%, siendo gerente/accionista de una de las empresas de SOCMA) radica en pensar que reduciendo el consumo "en el Conurbano" se puede arreglar la economía.
El consumo privado forma el 65% del PBI en la Argentina, por ello su expansión sostiene la dinámica de este modelo económico.
Haciendo un cálculo de magnitudes grosero, las retenciones a las exportaciones de granos son el 15% de la recaudación fiscal, equivalente al monto del superávit fiscal primario, principal elemento de soberanía en el plano de las cuentas externas (3% del PBI). No existe una relación entre ambas magnitudes que justifique tirar para atrás el gasto público, y disminuir el consumo de las familias, para permitir la captura de esa renta por parte de empresas multinacionales exportadoras y el club de amigos de Martinez de Hoz.
Es mentira que exista alguna posibilidad de rever la ecuación macroeconómica por esta vía.
Detrás de este audaz planteo de recomposición de la renta del suelo, en perjuicio de la capacidad de multiplicación del gasto público en términos de consumo de las familias, se esconde una defensa de intereses sectoriales y/o un tremendo desconocimiento de la realidad.
Es así: si la derecha llega a gobernar la Argentina, su locura, su afán de choreo y su impericia nos pondrían al borde de la guerra civil.
Nestor Grindetti, un candidato a intendente de Lanús, que propone que sus vecinos votantes tengan peores escuelas, peores hospitales, menos calles asfaltadas, consuman menos lentejas, menos estofado de falda y menos leche, para que Cargill, Bunge y NIDERA se queden con $0,64 más por dólar exportado, y los socios de la Rural con los otros $0,64.

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