Se detuvo, por ahora, el máximo sueño urbanístico del Excavador de Barrio Parque: hacer un tunel debajo de la Avenida 9 de Julio, para que circulen los coches por ahí. Lo detuvo un fallo judicial.
Claro que nadie cree que la verdadera intención sea hacer, efectivamente, la obra, sino solamente gastar los dineros de la consultoría de impacto, muy compleja en este caso, y en todo caso firmar los contratos con las empresas que resulten adjudicatarias.
Luego, frenar la obra, y pagarle el lucro cesante, y otras costas, a la susodicha contratista.
En este caso particular, se trata de una obra que no puede ser enmarcada, ni con forceps, en la normativa de planeamiento urbano.
Su factibilidad es muy baja, dadas las importantes interferencias del subsuelo (supone cavar un túnel de 20 metros de diámetro a 20 metros de profundidad), y además de efectuarse, complicaría dramáticamente el tránsito vehícular, porque de hecho incentivaría el ingreso de más autos al centro.
La Justicia ordenó ayer al Gobierno de Mauricio Macri suspender la licitación para una de sus obras públicas más ambiciosas: la construcción de dos túneles bajo toda la extensión de la avenida 9 de Julio, para acelerar el tránsito. La licitación estaba en marcha y la apertura de los sobres iba a hacerse el 30 de este mes.
Nota completa acá.
El faraónico proyecto se suma al un hipotético Central Park detrás de la Facultad de Derecho, a 70.000 hectareas de relleno al Río para edificar nuevas urbanizaciones, y a la instalación de toda la administración gubernamental en el Borda y el Moyano, con relocalización de locos incluída: los cuatro hitos de este sainete de especulación inmobiliaria y túneles, que dejará la Ciudad hecha añicos en...dos años más.
Hipotecada por diez.
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