jueves, 15 de octubre de 2009

Procíclico


Tomando en consideración diversos informes de coyuntura económica, no precisamente oficialistas, las perspectivas sobre el desempeño de la actividad económica durante 2010 son alentadoras, al menos en comparación con las de la econometría de la catástrofe nacional, a las que estamos acostumbrados ver desfilar por la prensa independiente.
Las ansiadas lluvias pegan sobre el volumen de cosecha, un 37% mayor que la de este año (que fue realmente baja en volumen, por la seca). Ello, sumado a la tendencia alcista de los precios internacionales de los alimentos, sobreempujan el valor de la cosecha, y así redondean un coeficiente de crecimiento del producto bruto interno mayor al que, como decíamos, se escribía desde algunas consultoras apocalípticas.
Esto sumado al derrotero de decadencia secular del dólar a nivel mundial hace mucho menores las perspectivas de devaluación.
En este contexto, sin entrar en consideraciones cuantitativas precisas (que oportunamente sí haremos) puede que se repita la maniobra de la derecha distrital en orden a volver a ajustar los criterios de cálculo y asignación de presupuesto para cada area de la administración, pero justamente de manera inversa.
En el transcurso del 2008 el Ejecutivo se encontró con $2000 millones adicionales recaudados y los asignó pririzando pagos de deuda e incrementos de contratos a las empresas de servicios, casi nada para infraestructura social y de transporte subterráneo. Este criterio no hizo sino modificar las participaciones de cada area sobre el total del presupuesto.
En este 2009 de crisis cíclica por superproducción del capitalismo mundial, la desaceleración en el incremento de la recaudación tributaria obligó a reprogramar el presupuesto votado hace un año. Naturalmente, en ese marco fueron las partidas del area social y del transporte subterráneo, las que se vieron reducidas concretamente por una marcada subejecución en el primer semestre.
El proyecto de Ley de Presupuesto 2010, sobre el que de a poco nos vamos refiriendo en TCM, mantiene estas doblemente golpeadas participaciones de la inversión en lo social, y peor aún, hace caer sobre ellas el retroceso en el ritmo de inversión en infraestructura, que globalmente cae desde $3400 a $2400 millones.
No sea cosa que durante el año que viene, y a partir del segundo trimestre, un mayor crecimiento de la recaudación, por sobre lo previsto, sea aplicado de la misma manera que en 2008: priorizando las obras y servicios que definen este verdadero Master Plan de rentas privadas que impulsa la derecha gobernácula.

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