La primera CGT que fue recuperada luego de la Fusiladora de Aramburu y Rojas, fue la Regional Córdoba. El 1° de junio de 1957, el elegido Secretario General fue Atilio López de UTA.
El proceso que se venía desarrollando tenía una importancia histórica y alcances insospechados. Una estirpe de militantes y dirigentes sindicales se iba organizando desde una perspectiva nueva, clasista, intransigente y genuinamente peronista. Gustavo Rearte, Andrés Framini, Sebastián Borro, Avelino Fernandez, Amado Olmos, el mismo Raimundo. La versión más avanzada de la síntesis práctica entre sindicalismo y acción política.
Miren lo que proponía la clase trabajadora en el Programa de La Falda (1957):
“c) Para la Justicia Social
Control obrero de la producción y distribución de la riqueza nacional, mediante la participación efectiva de los trabajadores en la elaboración y ejecución del plan económico general, a través de las organizaciones sindicales; participación en la dirección de las empresas privadas y públicas, asegurando, en cada caso, el sentido social de la riqueza; control popular de precios.”
Atilio Lopez formaba parte de esta generación. La vuelta de Perón se empezó a gestar en la lucha de base de estos militantes y dirigentes, que nos hacen avergonzar, cuando los medimos tet a tet, con los del presente.
A Atilio Lopez lo asesinó la Triple A: lo acribillaron con 132 balazos, el 16 de septiembre de 1974, en el aniversario de la Fusiladora. Había venido a Capital siguiendo al club del que era hincha fanático: Talleres de Córdoba.
El Negro Atilio López dirigió la primera huelga en la Argentina desde el golpe de 1955. Fue un actor fundamental de la gesta del Cordobazo: quince días antes la UTA Córdoba metió un paro que sería clave en la escalada.
En el 73, el Negro Atilio Lopez fue elegido vice – gobernador de Córdoba, acompañando a Obregón Cano. Tosco apoyaba a la fórmula y a su compañero en la militancia gremial. El docto chetaje cordobés se burlaba de la dicción de Lopez, que acostumbaba comerse la eses. En febrero de 1974 bandas parapoliciales y el embrión del Estado terrorista derrocaron ese gobierno.
Hoy vemos a los compañeros de Subtes peleando contra la dirigencia empresaria del gremio de la UTA; recordemos que su dirigente más importante, el Cabezón Palacios tuvo que dejar la directiva del gremio por no poder explicar el incremento exponencial de sus bienes.
Los choferes de larga distancia laburan hasta 20 horas por día, durante tres días seguidos para juntarla, poniendo en riesgo su vida y la de los pasajeros, poniendo a seguro la rentabilidad de los transportistas. Los laburantes del Subte ganaron la pelea por las seis horas y pelean por los salarios. La dirigencia de UTA quiere burocratizar la conducción. La avanzada escala reivindicativa de los clasistas de Subtes es un desafío para la precariedad de la actividad de los choferes de transporte de personas, representados por la burocracia.
De qué lado estaría el Negro Atilio Lopez? Del lado de los laburantes, en contra de las burocracias.
En la foto habla al lado de Agustín Tosco.
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