No es como el chiste del pibe que le choca el auto al padre. No.
La buena noticia es que como adelanta el matutino P12, Fabián Rodriguez Simón, el botonazo del espacio público, renunció. Dicen, quería que el Garca vetara toda la ley de publicidad exterior. Además le propina un cachetazo ético al macrismo, comentando que fue irregular su sanción.
Imposible, ningún privado presionó al momento de votación, salvo por un gordo con handy que se la pasó en el recinto durante su sanción, haciendo mejoras en la redacción por cuenta de las cámaras empresarias del sector, pero fue el único caso.
Además la diputada Majdalani es garantía transparencia: deja ver a las cámaras todas las barbaridades que hace, como cuando apretó dos veces el votón.
La mala noticia es que los patovicas del Petiso vigilante, que revistaban en la Unidad de Control del Espacio Público, pasan a la órbita del Monstruo Young. A no ser que tengan algún antecedente judicial firme, serán cultivados en las hieles de la tortura y la represión por un sinnumero de gerontes experimentados, que ya prestan servicios para el Monstruo, en calidad de inspectores.
Palpitando el regreso del máximo poeta viviente del mundo (sábado y domingo, en la Ciudad de las diagonales), y para digerir el bodoque de la derecha, que nos mata Limón...
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