La Pasionaria

Hasta el 11 del corriente estamos olvidando el primer cumpleaños del conservadurismo en ejercicio del gobierno del distrito. Recurriremos a la música, el deporte, el cine y los homenajes, para borrar de nuestra memoria reciente el flagelo dramático que significa la derecha operando libremente en el inmenso compartimento del sistema institucional porteño.
El 9 de diciembre de 1895 nació Dolores Ibárruri, la Pasionaria, dirigente comunista vasca, ferviente luchadora por la libertad del pueblo español contra el franquismo.
La Pasionaria provenía de un hogar de trabajadores pobres de Vizcaya. Desde chica complementó su formación en el oficio de la costura con el vicio de la lectura. Como corresponde se afilió al Partido, fue en cana varias veces, se casó con un comunista, fue a Rusia, conoció a Stalin. Hizo todo el recorrido y se constituyó en una importante dirigente, con una gran capacidad de comunicación.
El 28 de octubre de 1938 en Barcelona, La Pasionaria se despidió de las Brigadas Internacionales que combatían contra el franquismo. Los republicanos evacuaban a los militantes internacionalistas apurados por el riesgo que significaba que cayeran en manos del ejército de curas y conservadores franquistas que ya empezaba a ganar la guerra. La Pasionaria les dijo a los brigadistas que desfilaban por Barcelona, comandados, entre otros, por el gran Mariscal Tito:

“…contadles cómo, atravesando mares y montañas, salvando fronteras erizadas de bayonetas, vigilados por perros rabiosos que ansiaban clavar en ellos sus dientes, llegaron a nuestra patria como cruzados de la libertad, a luchar y a morir por la libertad y la independencia de España, amenazadas por el fascismo alemán e italiano. Lo abandonaron todo: cariño, patria, hogar, fortuna, madre, mujer, hermanos, hijos y vinieron a nosotros a decirnos: ¡Aquí estamos!, vuestra causa, la causa de España, es nuestra misma causa, es la causa común de toda la humanidad avanzada y progresiva.
Hoy se van muchos; millares se quedan, teniendo como sudario la tierra de España, el recuerdo saturado de honda emoción de todos los españoles.
¡Camaradas de las Brigadas Internacionales! Razones políticas, razones de estado, la salud de esa misma causa por la cual vosotros ofrecisteis vuestra sangre con generosidad sin límites, os hacen volver a vuestra patria a unos, a la forzada emigración a otros. Podéis marchar orgullosos. Sois la historia, sois la leyenda, sois el ejemplo heroico de la solidaridad y de la universalidad de la democracia, frente al espíritu vil y acomodaticio de los que interpretan los principios democráticos mirando hacia las cajas de caudales, o hacia las acciones industriales, que quieren salvar de todo riesgo.
No os olvidaremos; y cuando el olivo de la paz florezca, entrelazado con los laureles de la victoria de la República Española, ¡volved!
Volved a nuestro lado, que aquí encontraréis patria los que no tenéis patria, amigos los que tenéis que vivir privados de amistad, y todos, todos, el cariño y el agradecimiento de todo el pueblo español, que hoy y mañana gritará con entusiasmo:
¡Vivan los héroes de las Brigadas Internacionales!"