Trámite de habilitación

-Buenos días, venimos a consultar para iniciar un trámite de habilitación de una consultora.
-Nombre!!
-Todos Contra Mauricio
Así empezó nuestro periplo por la Agencia Gubernamental de Control; el empleado de la mesa de entradas, cejijunto de unos setenta años y tonito cuartelario, nos prepeó de entrada:
-A quien votó en las últimas elecciones?
El temor se apoderó de TCM, nuestro único objetivo es currar con la consultora Groucho Marx, así que escapamos por la tangencial.
-Votamos en provincia Señor.
-Qué Municipio, Tagarna?
-Partido de la Costa, vivimos en Las Toninas.
El milico levanta el Teléfono, marca, espera y dice:
-Strazza? Servático, de mesa de entradas, habla…como le vá?...Si, si, me alegro de lo suyo, del sobreseimiento, si, si, me enteré…es justicia – el cejijunto, nos mira alternativamente y sigue hablando – acá hay unos pendejos que quieren habilitar una consultora…a ver espérese.
El cejijunto nos mira y pregunta:
-Consultora de Seguridad?
-No, de análisis de opinión pública – ya a esta altura empezamos como en la taquería, a especular con lo que conviene y no conviene decir.
-Strazza…no es por el tema de las encuestas…con Rogelio Sanchez? Ah si, el muchacho del 601…hace cuánto que no lo veo, donde anda?... segundo piso contrafrente. Un abrazo querido, gracias – finaliza y corta.
-Lo van a ver al segundo contrafrente a Sanchez y el les pregunta todo lo necesario.
-En realidad nosotros venimos a preguntar – responde, cándidamente, TCM.
-Andá que Sanchez te va a aclarar todo, andá Pibe.
Vamos por escalera, mejor. Mientras subimos vemos unos operarios bajando unos pesados equipos de soldadura eléctrica, que comentan entre sí:
-Como puede ser que estos viejos de mierda rompan tres de estos por semana.
-Mal uso, mal uso.
Que raro todo esto, piensa TCM.
Llegamos, segundo contrafrente.
-Rogelio Sanchez, por favor.
La empleada municipal, con cara de haber visto al mismísimo Lucifer, hace dos minutos, contesta:
-De parte?
-TCM, venimos de mesa de entradas.
-Sanchez no está…los puede atender el teniente coronel Enrique Jordana Testoni.
-Bueno, no hay drama.
Esperamos diez minutos. Sale un geronte con camisa verde y corbata negra.
-Usted es el del blog? – pregunta.
-No, qué blog? – como se enteró este viejo, nos preguntamos interiormente.
-Qué anda necesitando? - consulta imperativamente el milico.
-Información sobre como habilitar una consultora, pero si es mucha molestia no importa, eh.
-Que molestia, ni molestia, pase y llene este formulario – responde el milico represor ex director de la Fábrica Militar de Armas Domingo Matheu, donde funcionó un centro clandestino de detención y tortura.
Comenzamos a leer el formulario. Datos personales, religión, militancia política antepasados judíos, lee libros (¡!?), última marcha a la que asistió…
-Pero esto es un interrogatorio – comenta TCM
-No, el interrogatorio viene después, Pibe – contesta Jordana Testoni.
La empleada municipal, de espaldas al represor, nos mira y hace señas con el ojo, como diciendo “rajen mientras puedan”. Nos avivamos enseguida, y preguntamos:
-El baño?
-Al fondo a la izquierda – contesta la empleada, devenida en salvadora.
Corremos por Avenida Patricios, escapando de la pesadilla que puede ser la gestión del mínimo trámite, por el túnel del tiempo al pasado más nefasto de la Argentina.
Todo al mismo precio, el que nos hace pagar la derecha distrital, conchabadora de asesinos y torturadores.