jueves, 24 de septiembre de 2009

La talla necesaria para ser Presidente


A diferencia de "otro", no hace falta aclarar quien, que cuando visita el extranjero se abraza con Berlusconi, y cuando hace invitaciones se contacta con genocidas y con la CIA para hablar de la libertad, la Presidenta fue a la Asamblea de la ONU y pidió que le restablezcan el servicio eléctrico a la Embajada Argentina en Honduras y pidió por su democracia.
Asimismo quedó demostrado que la coordinación entre los pueblos de America Latina es un fundamental para defendernos de las agresiones norteamericanas, que se van a incrementar, en particular cuando tengan por objetivo tomar posiciones estratégicas sobre recursos naturales.
Al Estadista de Barrio Parque le va a costar mucho convencer a los argentinos sobre las bondades romper el "aislamiento con el mundo", que tanto denunció, por medio de reuniones con Berlusca, Aznar y Uribe.
Cristina Kirchner tenía pautado hablar a las 15, en el primer turno de oradores de la tarde. Pero la agenda voló por los aires luego de la intervención del presidente de Libia, Muammar Kadafi, a quien le tocó subir al dorado escenario de la ONU justo después que Barack Obama. El líder libio se fue guardando en el bolsillo o tirando al piso los papelitos que le iban pasando para que terminara y ofreció un discurso de una hora y media. Hubo que replantear la lista, no hubo break y los jefes de Estado ciñeron sus mensajes a lo estrictamente previsto. Cristina habló después del francés Nicolas Sarkozy y del británico Gordon Brown.
El inicio de su discurso fue atípico. “Debo confesarles que cuando llegué a esta ciudad tenía pensado iniciar mi intervención con una fuerte apelación a la necesidad de reconstruir el multilateralismo y la cooperación como los dos elementos básicos para poder superar la crisis económica y social”, arrancó. “Pero algunos hechos que sucedieron entre el lunes y el martes hacen que comience contándoles que en Tegucigalpa, República de Honduras, a la embajada de mi país hace dos días que le han cortado la luz”, siguió, dando luego más detalles de la situación como que en la embajada de Brasil, donde se encuentra Zelaya, cortaron tambien el gas.

Nota acá.
Imagínense si el Garca fuera Presidente: hubiera reconocido el Gobierno de Facto de Honduras, lo hubiera justificado por la amistad de Zelaya con Chávez y hubiera tomado champú con Uribe.
Un asco sería.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Una estadista ! ¡ Qué honor para la República ! Pospuso su visita a Sacks Fifth Avenue y dejó colgada a la cosmetóloga para ocuparse de que repongan la electricidad en una embajada en Tegucigalpa. Si tiene éxito capaz que cuando vuelve se ocupa de la electricidad y demás carencias de millones de argentinos (Che TCM, el Jefe no toma alcohol, ni siquiera champagne, el "champú" es para los parvenu que lo creen paquetísimo)
Por si Cristina quiere seguir luciéndose como estadista, hacele llegar que en el próximo discurso reclame por las goteras del consulado de Libia en Amsterdam.