-Me salvé por esto, Joe, por muy poquito...

Ayer no fue el mejor día para el Cometerrores de Barrio Parque.
Literalmente lo cagó a pedos el Cardenal Bergoglio, el reaccionario que llena las arcas de su Institución con los recursos del Estado, y no rinde una sola cuenta. Además de lavar, de vez en cuando, asquerosos pies en plazas públicas, el Cardenal suele atentar contra la institucionalidad de la Ciudad, poniéndose en situación de autoridad, por sobre el Estado.
Ahora, el Liberal de Barrio Parque quiso tirar esa fantasía para la tribuna, y bueehhh...quedó como un gil; pero su obligación es representar a todos los ciudadanos de la Ciudad, entre ellos a aquellos que consideramos que el Cardenal es un parásito mantenido por nosotros mismos, y estamos en contra de seguir financiando sus conspiraciones medievales.
Pórque sus opiniones, además, son claramente nocivas para vastos sectores de la población; y en materia educativa, especialmente.
Bueno, una mancha más al Tigre, dirán.
Sale a los pedos de la Catedral, y lo agarra Joe Torello:
-Mauri, tenemos un problema... - parecía joda, su Jefe y amigo, todavía sentía las nauseas provocadas por el espeluznante olor a incienzo del Arzobispado.
-Qué pasó, ahora? - respondió, quién hacía instantes había sido cagado a pedos, y ya no aguantaba un quilombo más!
-Tu cuñado imprimió el mail que le mandamos, y se los llevó al Juez - comentó el Consiglieri, en el preciso momento en que un travesti le pedía al Garca si se podía sacar una foto con él, y le agradecía el "gesto libertario".
-Pero te dije que no se lo mandes, Joe, que es un especulador ese tipo! - el estupor del Garca era mayúsculo, y encima el traba lo intentaba apoyar; todos en la calle lo miraban.
Pasó justo un pibe y le gritó:
-Arreglá mi escuela, hijo de puta!
Al fin llegó a su oficina, fueron los cincuenta metros más largos de su vida.
-Por suerte a la noche voy a lo de Leuco y Eliaschev, qué juegan bien.
Y allí fue...o mejor dicho: parece que ya fue.