lunes, 17 de noviembre de 2008

Con la perversión del pasado, la ambición del presente y los métodos del futuro


Mientras observamos como el bloque de la segunda minoría colabora en limpiar el camino al oprobio conservador, ante el risueño beneplácito de la oligarquía vieja de la Argentina, se consuma el descenso a los infiernos en el coqueto de Perú e Yrigoyen, hoy devenido otra vez en Concejo Deliberante, para la discusión del presupuesto 2009.
La sociedad va informándose acerca de cuales son los planes de la derecha vernácula: qué ciudad quiere el conservadurismo para todos nosotros y, en especial, para ellos mismos.
Durante toda el proceso de discusión sostendremos con información y bromas, una de las hipótesis interpretativas que rige la labor científica de este blog: las determinaciones específicas de esta nueva derecha de gestión están asociadas, únicamente, con una agresión comunicacional sin precedentes que tiene por objetivo diferenciar simbólicamente a los seres humanos de Buenos Aires, configurando, por un lado, un cheto filántropo, bueno y limpio, y por otro un negro sucio y reclamón. Toda la comunicación del gobierno lleva esta impronta.
El movimiento conceptual del Garca se completa con la diferenciación material de los seres humanos mediante su ubicación en la escala de gasto que prevé el presupuesto. Pero en ello no hay nada de específico en esta derecha, es la de siempre: arruina la salud y educación públicas, favorece la cultura rentista concentrada, incorpora represores y espías al aparato de seguridad, le asigna los pobres y los pibes a la Iglesia para que los transforme en zombies, en fin, todo eso que denunciamos en TCM por medio de esta diatriba generalizada y caótica.
En este sentido la ley de leyes del 2009 muestra sólo parcialmente las intenciones verdaderas de esta banda reaccionaria y delincuencial que gobierna el distrito, ya que será el 2009 un año de negocios, pero también de doctrina. Se formarán en el preciso arte de la gestión, a la par que intentan aplicar su tabla de prioridades de gasto, que aún no termina en forma exacta de aparecer.
Hay tres empleados del Grupo en los lugares clave del dispositivo: Grindetti ajusta los saldos de caja, Chaín pugna por el desarrollo urbano de la Ciudad al ritmo de la vieja patria contratista y el nuevo capital inmobiliario transnacional, y Clusellas cuida que los papeles que firma el Tilingo de Barrio Parque no lo lleven tras la rejas en un futuro, e inevitable, regreso al llano de la esperanza blanca de la oligarquía argentina.
La tarea recién comienza.

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