jueves, 6 de noviembre de 2008

Potreros de Caballito


El arquitecto Segundo Segovia (el del medio en la fila de abajo) se crió jugando a la pelota en los terrenos de la playa de maniobras del Ferrocarril Sarmiento en Caballito, no porque viviera allí, sino porque los desafíos futbolísticos en ese campito eran legendarios. El, de hecho se venía desde Floresta a jugar. Desde esa época, en la que descollaba como centroforward, le quedó el sobrenombre Segsé.
Segsé comentaba el otro día que esos terrenos no están preparados para la megaladrillificación que se propone la coordinadora legislativa CONTUBERNIO POR LA CIUDAD, facilitando la rentabilidad de la Hermandad Constructora Argentina. Se trata según el urbanista, que conoce el campo por haber sido desparramado en él por rústicas zagas centrales, de un terreno mallinoso que no soportaría el peso de los 200.000 metros cuadrados, de vivienda y negocios que propone CONTUBERNIO POR LA CIUDAD. Por eso la generosa IRSA sólo quiso edificar 50.000. Ahora, se pregunta Segsé:
- Si el valor final del metro es de dos terceras partes de lo que cotizará en Puerto Madero 4, el mini Madero de Costanera Norte sobre el relleno holandés hecho con lo que sobra de asfalto y lo que saquen del túnel del Maldonado, que es de U$S 6000, el valor del metro en el Nuevo Caballito sería de U$S 4000, entonces la Hermandad proyecta un negocio final de U$S 800.000.000: imposible. – reflexiona Segsé.

Incrédulo. La Hermandad quiere eso y más, no se conforma con módicas torres apoyadas en pilotes: están tramando algo serio.

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