Finalmente se le escucha la voz a Plástico Héctor Méndez, que parece haber recapacitado, luego de sus fuleras operaciones en Estados Unidos, de dónde tuvo que volver con cola de paja.
Porque entre los tres colegas anónimos que le contaron a Bonelli que dos funcionarios de cuarta línea y un cadete de 21 años del Departamento de Estado, dijeron que a Estados Unidos no le importa nada la Argentina - mientras esperaban que salgan de una máquina esos horrendos cafés con leche en vasos de gaseosa de local de comida rápida - y el propio Bonelli, lo pusieron en dificultades al líder de los empresarios industriales argentinos.
Recordemos que el Presidente de la UIA tuvo que desmentir que él haya escuchado semejantes opiniones de los funcionarios, y Bonelli, bueno...actuó como saltimbanqui en figurillas para explicar el recorrido periodístico de los dichos.
Plástico no puede explicar sus deseos devaluatorios desde la lógica del bien común. Como se dió un reajuste a la baja del real respecto al peso y el dólar es como el "Perla Negra" de las monedas, una devaluación sólo licuaría los ingresos fijos de los trabajadores, permitiría una reapropición de renta en los transables de la economía, y produciría con un deterioro de los sectores no transables además.
Un pequeño ajuste, gradual, nunca un salto.
"No le pedimos nada; no tengo diálogo con la Presidente" Cristina Kirchner, aseguró el dirigente, quien consideró que habrá que "analizar la situación desde un punto de vista más general, pues sólo hablar de devaluación después del 29 sería de una simpleza aterradora".
Simpleza aterradora, visión general y falta de diálogo, las aristas más destacadas del discurso industrialista argentino.
Nota acá.
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