miércoles, 12 de agosto de 2009

Otra de espías


Joaquín Mequejo Sola observa una furibunda radicalización de las posiciones de Nestor Kirchner...los últimos diez días.
"El caso de Alberto Fernández ha traído dos novedades de envergadura. Una de ellas es la radicalización del gobierno de los Kirchner, sobre todo, en los últimos diez días, en los que sobraron los rechazos y las negativas frente a la necesidad de negociar políticas importantes. La otra es la profundización, si es que cabe, de un sistema de espionaje interno que Néstor Kirchner perfeccionó al extremo de que ya no se sabe si hay uno, dos o tres servicios que investigan la vida pública y privada de las personas."
Nota acá.
Pero sigue la llorona del Clarín, en el diario de Bartolo.
La radicalización sale de los parajes de Néstor Kirchner, que Cristina comparte. Ninguna concesión a nadie. Esa es la orden. Ningún argumento en contra es escuchado. El problema irresuelto consiste en que todas las guerras que están sembrando ahora las cosecharán después de diciembre, cuando haya cambiado la relación de fuerzas parlamentaria. Hasta podrían perder la presidencia de la Cámara de Diputados, el tercer lugar en la línea de sucesión presidencial.
¿Qué se puede esperar, si no radicalización, de un Kirchner que sólo acepta rodearse de Hugo Moyano, de Luis D´Elía, de Emilio Pérsico y de Edgardo Depetri? ¿Cómo podría controlar la administración un líder capaz de enviar a Mario Ishii, inverosímil cacique del duro José C. Paz, a cazar "traidores" por Buenos Aires? ¿Y si Ishii fuera convencido por los traidores de los beneficios de la traición, como seguramente sucederá? ¿No es todo eso el más palpable ninguneo de la política clásica, de sus partidos políticos, de sus bloques parlamentarios y de sus letrados dirigentes?

Una mente atormentada, para darle tono trágico a las desiciones naturales de la política.

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