jueves, 16 de julio de 2009

El pendenciero y los halcones


Joaquín Montonero Sola es un alma atormentada, que ve lo malo de todas las personas, menos, naturalemente, la parte "mala" del General tucumano Bussi, para el que ejerció una corresponsalía muy elegante, que siempre resaltó las dotes dialoguistas del genocida babeante.
En esta oportunidad usa su columna del diario de Bartolo para contar infantiles anécdotas sobre el comportamiento de los hermanos Kirchner, enceguecidos por el afán de venganza contra los denominados "barones" o "minigobernadores" del conurbano y/o la Patagonia.
"Kirchner aprovechó un día de agenda vacía para vengarse de Mario Das Neves en Chubut, que aspira a borrar del peronismo a los kirchneristas. Sorprendió al gobernador entrando en la provincia por la puerta de atrás. Varios intendentes "traidores" de la provincia de Buenos Aires se quedaron sin el envío de subsidios para los argentinos más pobres por decisión de la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner. El fuego está cerca de un polvorín social en la enorme provincia.
A Kirchner sólo lo entusiasma la construcción de un polo progresista con los ex piqueteros Edgardo Depetri, Luís D?Elía y Emilio Pérsico, entre otros dirigentes sociales. El ex presidente cree que podría terciar así en un eventual ballottage entre Carlos Reutemann y Cobos en las próximas elecciones presidenciales."

Lejos del sano ambiente de diálogo que se impone entre todas las fuerzas vivas de la Patria, Mequejo Sola agrega:
"El ímpetu pendenciero de Néstor Kirchner puede darse en el escenario público, pero no en el Parlamento, donde manda la ley de la aritmética."
Pendenciero, que buena palabra.
Nota completa.

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