Regulacionismo y Diálogo Bicentenario

Por fin aparece en el éter una reflexión sobre este repugnante ambiente de diálogo nacional, que no viene sino a confirmar que la intención de las oligarquías locales es desarticular social y territorialmente la Argentina.
"Podría llamarse a este fenómeno en desarrollo la “doctrina del malentendido”. Los sectores sociales chocan, la política se “crispa” y florece el disenso porque no hay una comunicación cabal e inteligente de los puntos de vista en disputa. Todo a causa de la demagogia, el espíritu confrontativo y la obsesión ideológica del grupo gobernante. En esa clave fue obstinadamente interpretado el conflicto agrario que estremeció al país el año pasado y que fue un condicionante decisivo del nuevo escenario político consagrado por la reciente elección legislativa. Con más consulta, con más moderación, con más diálogo se podría haber subsanado el problema, se podrían haber cobijado en forma armoniosa las demandas del espectro ruralista, los precios internos de los productos alimenticios y la solvencia fiscal del Estado. La cuestión no es discutir si hubo o no errores en el manejo gubernamental del conflicto, lo que a esta altura parece indiscutible. De lo que se trata es de dilucidar si detrás de la dura puja alrededor de las retenciones móviles subyace o no la existencia de proyectos diferentes de país. El coro de apologistas de la moderación y el consenso lo niega sistemáticamente."
Nota completa de Mocca, acá, con un sesudo análisis de los conceptos ordenadores de Héctor Huergo en Clarín, que sostiene que el interior productivo no tiene/debe/puede bancar a los negros del eje Matanza/Riachuelo.
En línea con la frase del Toni Gramsci, que se encuentra en el encabezado del blog, los errores de táctica política del Gobierno Nacional son analizados en esta nota, en la que se plantea la posiblidad de recomponer fuerzas para detener a la derecha en su intentona de desarticulación nacional.
Se trata de un esquema secuencial: los sojeros capturan toda la renta, desfinancian el Estado Nacional, y Efedro y el Firmador de Barrio Parque regulan el conflicto social yendo a lo de Tinelli y cagándonos a palos a todos con una Policía represora. Tá.